*Seguidores mis mas sinceras disculpas, si es que no subí nada el viernes pasado, fue debido a la coyuntura electoral, que tenía mis nervios de punta
Perseguido
El doctor Vicuña tomó su valija, se abrochó la chaqueta y salió de su estudio. Hacía frío, así que prefirió caminar sin detenerse, cruzó la avenida Pardo y Aliaga, y siguió caminando por esa vereda que ya empezaba a mojarse por la tenue lluvia. Pensó en Ariadna su hija, cuanto había crecido, siguió caminando, cuando escucho un grito desgarrador…. ***
Era el grito de una mujer indudablemente, el doctor se escondió en la esquina de donde provenía el sonido, se asomó, vio como el hombre golpeaba a una mujer. Se armó de valor, se escabulló por las sombras acercándose al maleante, cuando de pronto piso una envoltura, el maleante volteó. Desesperado trato de correr, pero este le apuntó con el arma.-¡Quédate donde estas!. Le dijo apuntándole con su arma. Mark sintió un escalofrió que nunca antes había experimentado. El delincuente se le acercó, Mark llego a sentir su respiración en su nuca. Sintió un impacto en la cabeza, no recordó más, al parecer lo había golpeado con la pistola. Todo se nublo, y solo llego a escuchar, los gemidos de una mujer siendo golpeada
***
Déjenme Salir !!!.- gritó seguía todo oscuro se encontraba con una bolsa en la cabeza, con las manos y pies atados, y a juzgar por el movimiento se hallaba en una maletera. El conductor pareció ni inmutarse por el grito así que empezó a patear fuertemente la carrocería que lo rodeaba. El auto empezó a moverse de un lado a otro y Mark se golpeó la cabeza con el metal de la carrocería. Al fin se detuvo, abrió la maletera y tomó a Mark de la nuca ordenándole que se pusiera de rodillas, Mark le dijo que no contaría a nadie lo que vio, pero el delincuente no podía correrse ese riesgo. Le removió la bolsa de tal cabeza, Mark se dio cuenta de que ahora estaban en un terrenal abandonado, y todo estaba oscuras. Deseo que dispare, ya no le importaba nada, su vida era el trabajo, el trabajo era su vida luego de que Nadia lo dejo ya nada era igual, solo existía la rutina, el papeleo, los juicios, las discusiones, el alcohol.
-Si vas a dispararme hazlo ya!!!. Le dijo el doctor Vicuña.
El secuestrador, sorprendido, le apunto, presionó el gatillo….
Y por suerte la bala se quedo atascada dentro del arma, en una rápida reacción, el doctor Vicuña volteó, y como pudo con las manos y pies atados, se colgó del cuello del maleante que trataba de arreglar su arma. Se lo llevo a la tierra y como pudo empezó a presionar su garganta. El secuestrador, trataba de escapar, movía los pies desesperadamente, golpeaba con sus pocas fuerzas restantes a Mark, y este seguía ajustando sus brazos en su garganta. Se dejo de mover….
***
Mark se levanto… tratando de reponerse, sus manos temblaban, abrió el auto como pudo y buscó en la guantera un cuchillo, corto sus ataduras, y se dirigió a encender el auto. Este encendió. Rápidamente Mark ingresó a la pista y empezó a manejar, sin rumbo desconocido, escapando, al parecer ese sentimiento de remordimiento y de irse corriendo, le daban un sentido a su vida. Calculo mentalmente, cuantos años le darían sino probaba que fue defensa personal, de por vida pensó, acelero, y se dirigió rumbo al sur.
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