21 de agosto de 2011

Estimados Seguidores

Queridos lectores, envió este comunicado para expresarles mis disculpa por no haber podido postear mi entrada de "Perseguido", con un intercambio cultural con Francia, he estado sumamente ocupado y mis deberes se me han acumulado, este viernes sin falta que subire la última entrada de "Perseguido" tengo varios borradores ya hechos, estense preparados para un final sorprendente.

5 de agosto de 2011

Perseguido (Continuación) Parte 3 de 4


*Estimado lector, es necesario que lea las dos entradas anteriores con relación a esta, si quiere entender el relato cuya penúltima parte es esta.
Perseguido                                                                                                           Parte 3 de 4
Mark despertó, eran las cinco de la tarde y se había quedado dormido por el cansancio que le propiciaba manejar tantas horas sin cesar. Recordó entonces que la justicia lo venía siguiendo, sintió un escalofrió en el pecho que le remordió la conciencia. Se preguntó que ganaba huyendo, su vida en sí era un desastre; no podía ver a Ariadna, no tenía un solo amigo, y el único que había tenido le arrebató a su mujer y a su hija. Quizás debía entregarse, quizás la cárcel lo haría feliz , por lo menos estaría acompañado. Decidió dejar de pensar en ello y se dirigió al hotel de turistas, que quedaba algo lejos de allí.
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Eran las siete de la noche y Mark no tardaba en registrarse en el hotel, tuvo suerte, era el último cuarto restante. Ingresó a su habitación y encendió su radio. Mientras buscaba su emisora, la estática pareció emitir un grito ahogado, bastante similar al deQuispe Huamaní, cuando el doctor Vicuña apretaba fuertemente su tráquea. Sintió como si le vertieran un líquido helado en la espalda; prefirió distraerse en otra cosa. Eligió salir, se puso su chaqueta y abandonó el dormitorio cerrándolo tras él. El hotel era algo campestre la naturaleza y la armonía que aquel lugar expelía eran inigualables. Decidió regresar al dormitorio,  y dormir un poco.
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Al despertar recordó su etapa universitaria, San Marcos, en la que conoció a su ‘amigo’ Alfonso; recordó también que el se derivo a al Ministerio Público, mientras que él se dedicó a administrar su estudio. Había olvidado por completa que desde la semana pasada el tal Alfonso Olivares Armeni era ahora “Fiscal de la Nación”. Decidió ir a  la hacienda de su familia. Cuando evocó que un antiguo gobierno militar se la había expropiado a su familia, y se la habían entregado a los trabajadores, estos en su ignorancia, malograron las tierras que en su tiempo fueron la envidia de todas las familias ítalo-peruanas. Por suerte se lograron recuperar gran parte de estas tierras, y se convirtió en un hotel de unas bien ganadas cuatro estrellas, pero al parecer la suerte no estaba de lado de la familia materna de Mark, y el terremoto del 2007 destruyó el hotel. Malogró el negocio de la familia, pero por lo menos aún quedaban los viñedos, y aún vendían. No se animó a ir pues sus primos eran algo insoportables; solo los soportaba cuando pasaba a cobrar si derecho correspondiente familiar cada fin de mes en la oficina, en la avenida Benavides.
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Mark decidió ir a la huacachina, a recordar bellos tiempos de la infancia y olvidar lo cometido. Tomó entonces una moto taxi manejada por un muchacho, de unos quince años, recordó que era ilegal. Pero ya que podría hacer él estaba en una situación mucho más delictiva que la de aquel muchacho.Llegó, y dio un pequeño recorrido para observar cuanto había cambiado aquel bello oasis, donde solía ir pedaleando en bote con sus padres. A lo lejos se percató de que un hombre de aspecto sospechoso lo observaba. Este fumaba un habano con una mano, mientras que la otra recorría su bolsillo como si tuviera que usar un arma en caso de emergencia. Se encontraba vestido con una chaqueta beige, una camisa celeste, y unos pantalones del mismo color que la chaqueta. Portaba gafas de sol por lo que era imposible determinar de quien se trataba. Mark aprovecho una distracción de este, para escabullirse, en la maleza, y rodearlo con el fin de determinar quien era este hombre y porque demonios lo observaba de esa manera tan hostil.     
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Mark se armó nuevamente de valor, como aquella vez en la que intento salvar a mujer; de igual forma que esa vez ya nada importaba. Se le acercó por la espalda, le dijo que podía ser por las buenas o por las malas; primero las buenas, le reiteró; le pregunto quién demonios era, no hubo respuesta. El observador ni se inmuto, es mas pitó su habano, y dejo caer cenizas como si nada pasase. Mark le dijo que ya que no quería por las buenas, por las malas tendría que ser; y le propinó un derechazo directo a la mejilla que lo tumbó. Se lanzó encima de él y le pregunto nuevamente, seguí sin responder; en eso el doctor, se percató que sacaba su arma de su bolsillo, y se forcejearon el arma, disparando varias veces al cielo. Las personas miraban horrorizadas la escena, intentando detenerlos, pero nadie se atrevía a parar la pelea, finalmente el arma se resbaló de la mano, del sicario, por  el piso empinado fue a parar a la orilla de la laguna. Vicuña le aplicó una serie de puñetes en el rostro y el hombre no decía nada. Ya desesperado le exclamó, ¡quién eres carajo!, pero el hombre no cedía, le siguió golpeando hasta que sus gafas se terminaron de romper, y su rostro empezó a sangrar. Ya agotado, como último recurso apretó su cuello mientras le gritaba, ¡para quien mierda trabajas! Su rostro se empezaba a poner morado, en su desesperación empezó a mover las piernas, ya sin salida susurró: Vares… onso… vares. Al escuchar, Mark soltó su tráquea y escuchó  claramente.     
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Trabajaba nada más ni nada menos que para Alfonso Olivares al igual que Wilmer Quispe, el hombre que el doctor vicuña asesinó. Su encargo era asesinarlo, lo tenía a la vista desde Cañete pero no pudo cumplir con su cometido, en ese sentido siempre Wilmer lo había superado. Le contó también que la mujer rubia que él intento defender no era nada menos que la amante de Olivares Armeni, quien como ya estaba harta de todo, lo abandonó, y Alfonso, como lo conocía bien sabia que él se haría el héroe y defendería a la desafortunada mujer; todo estaba planificado. Por fin después de mucho tiempo, el doctor Vicuña,  tenía un rumbo, demostrarles a todos quien era el infeliz que tenían como fiscal y recuperar a su hija, le facilito el pase a la clandestinidad del hombre al que interrogo, recargó el auto de combustible y se enrumbo de regreso a Lima, sabía que el fiscal usaría todas sus influencias para meterlo preso, pero en el fondo él sabía cómo probar todo, pues el hombre interrogado le había facilitado unas fotos de Alfonso con su amante, y fotos del cadáver de la misma. Se iba a vengar de una vez por todas de quien una vez fue su amigo y quien era ahora el culpable de sus desgracias.
                                                                                    Thiago Zaramir Ahmed                     
                                                                                                (Lima, 5 de Agosto del 2011