20 de mayo de 2011

Enfrentando la soledad


Puede un escritor conocer el amor
Enfrentando la soledad:                                                                                                           Parte 3 de 3
Los  días ocurría más rápido, la pasábamos juntos, era perfecto; hasta que te tuviste que ir, por que lo hiciste, me querías en verdad o era tan solo una ráfaga de sentimientos encontrados que no llegaron a completarse, acaso fui yo acaso hice algo mal.  Todos los días al levantarme veía tus ojos, veía tu bella sonrisa; imagine que se me iría pasando que el tiempo curaría las heridas dejadas, por tu partida.                                                                                                                                                                       
Los días en el instituto, no son iguales, ya no tengo esa felicidad de saber que luego te veré, de saber que luego te tendré entre mis brazos, esa seguridad era lo único que me hacía feliz en un sitio en el que la palabra amistad no existe, donde no te dan la oportunidad de cambiar, donde todo lo que haces está mal, porque no lo haces como ellos quieren, como todos quieren. Mi vida ha estado paranoica, no encuentro la inspiración que encontraba al hablarte, que encontraba al divisarte; estas líneas son las líneas de un enamorado perdido en un mundo de soledad, donde mi alegría, son mis libros; mi futuro, mi vocación literaria, y mis tristezas; tu inevitable partida que me carcome el alma poco a poco.

Fui al malecón, a nuestro malecón, estaba igual de bello que la última vez, cuando llegue al lugar, tu fragancia se percibía en el aire. Una lagrima descendió por mi rostro denotando la tristeza que me dio el aceptar que ya no estabas el aceptar de tu partir, el aceptar de que otra vez me encontraba solo y que sin una salida debía de darle un sentido a mi vida un sentido a mi existir.
Ahora me encuentro escribiendo estas  líneas, reflexionando sobre los momentos importantes en mi vida, los que tienen relevancia. Empiezo a pensar que todo esto es una terrible pesadilla de la que no se puede escapar, y la única forma de salir de ella, al menos momentáneamente es escribiendo.
Por escribir, por los escritores, por los amantes de la literatura; yo afirmo que un escritor si puede encontrar el amor, y este amor que siente es por la literatura, que se ve reflejada en una musa en una persona que lo inspira a escribir. Y esa persona es la que finalmente te amara, la que pueda entender, la gran aventura de ser un escritor.
Gracias por su lectura
Fin (del relato)
Próximamente.
El suspiro de los recuerdos.
                                                                                                                   Thiago Zaramir Ahmed

10 de mayo de 2011

Enferma Obsesión .....


*Disculpenme seguidores pero este relato no tiene nada que ver con lo anteriormente publicado.

Enferma Obsesión
De lejos se sintió observada, como si alguien la estuviera asechando, aceleró el paso, alguien venía; sonó su celular, un mensaje de texto que decía:
Te ves espléndida  después de tanto tiempo, espero que sigan siendo esas mismas piernas—
Sintió un escalofrió quien podría ser, deseó que no fuera quien creía que era, dobló en la primera esquina, corrió, detrás de ella la silueta de un hombre de alto, con lentes oscuros, ella creyó que el quería más que la última vez.
Era él, el chico obsesionado que salió alguna vez con ella, se obsesionó tanto que ella lo demandó, se habrá escapado de prisión pensó. Quizás era eso, el punto es que estaba allí, y quizás quería lo mismo que siempre quiso, su cuerpo. 
él la vio con correr, notó su desesperación, pero el era paciente, había pasado ya 3 años en la cárcel, podía esperar muchos más, para él valdría la pena. De cualquier forma ella no se libraría y el lograría su más preciado deseo.
Ella gritó, estaba desesperada,  él se le seguía acercando a paso lento, ella seguía gritando, un policía se asomo de la esquina, pero él le disparo con un silenciador, ella empezó a llorar, no quería no podía, era demasiado, el se le acerco, tranquila, no vivirás para luego cargar la humillación de este hecho, ella gritó, el rodeó su cadera con sus manos, ella gritó mucho más fuerte, en el forcejeo, ella tomo  su pistola de su bolsillo, él tomó su pistola, era más fuerte, sonó un disparo, todo se puso blanco. De lejos se siguió escuchando su  risa malévola, de placer.
No había sido más que un sueño, el seguía dentro de su celda,  empezó a reír, sabía que algún dí saldría de esa celda, y tendría lo que quería y la haría sufrir todo lo que ella le había hecho sufrir a él los tres largos años de prisión…. 
                                                                                                        Thiago Zaramir Ahmed
                                                                                                                                Lima, 2010

9 de mayo de 2011

Disculpenme seguidores, hoy en la noche subo mi siguiente entrada, estaba pensando en una especie de thriller continuado, porque la historia, del amor continuará despues......
Muchas Gracias y espero su comprensión........

                                                                          Thiago Zaramir Ahmed
                                                                                                           Lima, 2011.